El peso argentino está triste y devaluado
Subió el dólar, bajó el peso, aumentó el pan, la verdura, la carne y la leche, subió el dólar, aumentaron los medicamentos, “prohibido enfermarse”, los jubilados esperan un milagro, llegar a fin de mes y no morir en el intento. La devaluación avanza y avanza y la libertad está presa, el peso cada día pesa menos, está anémico, necesita vitaminas, revaluarse para subir de peso; el país sufre una sangría desde hace décadas por la fuga de capitales al extranjero, autorizados por el maestro de ceremonia Mauricio Macri; haciendo negocios en los paraísos fiscales. Ningún gobierno tuvo el coraje de repatriar esos capitales y enfrentar a la mafia financiera. El mesianismo del presidente Milei pide al mercado que haga un milagro, que regule los precios y que todo se equilibre según sus dioses, que le aprueben el DNU y las leyes ómnibus en el Congreso, caso contrario se desatará la ira y catástrofe bíblica sobre la Argentina. Pide poderes extraordinarios sin intervención de los otros poderes del