Ante la reunión del G20
El 2 de abril se reunirán en Londres los países integrantes del G20, entre los cuales se encuentran de América Latina, Argentina, Brasil y México. Esta segunda reunión convocada por el G8, el grupo que reúne a las potencias más ricas y poderosas del planeta, pretende solucionar la crisis que estamos padeciendo.
Esta crisis engloba otras crisis de carácter financiero, ambiental, alimentaria y pone de manifiesto su carácter sistémica y estructural del capitalismo. En definitiva, estamos frente a una crisis civilizatoria y por ende, a una oportunidad histórica de imaginar, discutir y empezar a construir alternativas anti-sistémicas en pos de los derechos de los pueblos.
La reunión del G20 va por otro camino. Pretende, una vez más, salvar los intereses del capital concentrado, de las empresas multinacionales y de los grandes bancos, que ayer se oponían a la intervención del estado y hoy impulsan el rescate estatal de sus empresas y bancos privados. Nunca antes se desembolso tanto dinero para salvar al sistema.
Como puede ser posible que quienes fueron los responsables de la generación de esta crisis, hoy se planteen como quienes tienen la solución para salir de ella. Acaso el FMI, con el historial de impunidad que tienen puede ser un organismo confiable para encontrar soluciones en beneficio de los pueblos. No alcanza con reestructurar la voz y voto de los países emergentes dentro del organismo, algo ínfimo frente a las políticas genocidas que viene imponiendo. El único camino para un verdadero cambio es que los gobiernos que se dicen progresistas se retiren del FMI y planteen su cierre. Del mismo modo, los mandatarios que han manifestado su disconformidad con la forma, contenido y pretensiones para resolver la crisis por parte de los países poderosos y han planteado cambios en el sistema financiero internacional, sean coherentes con esas posiciones en el orden nacional y regional, a fin de consolidar una alternativa verdaderamente autónoma y soberana.
Frente a la agudización de una crisis que todavía no tenemos dimensión hasta donde puede llegar, es necesario que los gobiernos tomen las medidas que garanticen la plena vigencia de los derechos humanos y ambientales. La articulación regional para poner en marcha un plan anticrisis en función de los intereses populares, es un paso más en el camino de integración regional y de construcción de alternativas al modelo imperante.
Los pueblos de Latinoamérica estamos frente a una gran oportunidad de construir nuestro futuro por fuera de la hegemonía de las potencias del norte. Hoy nuestra región vive tiempos de cambios y transformación que es necesario apuntalar y profundizar. Por eso saludamos el plan anticrisis que puso en marcha la Alternativa Bolivariana para las Américas, que implica la creación de una moneda única, el fortalecimiento del Banco del ALBA y un conjunto de medidas de integración solidaria entre los pueblos de la región.
En ese sentido, le reclamamos al gobiernos argentino que implemente un plan-anticrisis en beneficio de los intereses populares, de las más de 14 millones de personas que viven en la pobreza, de los miles de jefes y jefas de hogar que cobran un plan de $150 pesos mensuales y de los cientos de despedidos y cesanteados que empiezan a haber.
Esta es una coyuntura propicia para declarar el no-pago de la deuda externa, que esos recursos sean girados para cubrir la gran deuda social con los argentinos y se ponga en marcha una auditoría integral de las deudas para poner de manifiesto su origen ilegítimo y fraudulento. Durante el 2009, entre capital e intereses vencen 16.250 millones de dólares –unos 60.125 millones de pesos- frente a una deuda de entre 180.000 y 200.000 millones de dólares. Desde el año 2003 se desembolsaron en pagos de la deuda 25.000 millones de dólares. Esta sangría de recursos no es nada más y nada menos que para seguir sosteniendo el sistema.
Que la crisis la paguen los que la provocaron, quienes se beneficiaron durante el apogeo neoliberal y hoy pretenden que el estado intervenga para salvarlos.
¡Que la crisis no la pague el pueblo!
DIALOGO 2000
integrante de Jubileo Sur/Américas