Llamado a la movilización continental frente al golpe de Estado en Honduras
Ante los hechos producidos en el hermano país de Honduras, desde Jubileo Sur manifestamos nuestro más enérgico repudio al golpe de Estado perpetrado por las fuerzas armadas y las clases dominantes y nuestro apoyo y solidaridad con el pueblo hondureño que ve una vez más amenazado, su avance en la lucha por la justicia, la democracia y la soberanía popular.
El golpe atestado contra el gobierno legítimamente constituido del Presidente Manuel Zelaya, se inscribe en una clara lucha que se está librando en la región por desandar el camino de sometimiento y vulnerabilidad plasmado en los tratados de libre comercio con EE.UU. y la Unión Europea (CAFTA-DR y las negociaciones de un Acuerdo de Asociación actualmente en curso), en las concesiones extractivas (minería, forestal, agrocombustibles) y turísticas y en toda clase de endeudamiento relacionada. Desde hace tiempo los movimientos y organizaciones hondureños vienen movilizandose en contra de estas políticas cuyas nefastas consecuencias van en detrimento de los derechos de los pueblos y de la naturaleza, y a favor de la profundización misma del modelo político del país como se ha vivido recientemente en otros paises de la región, como Venezuela, Bolivia y Ecuador, a través de los procesos de refundación constitucional. La pertenencia de Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la “amenaza” que eso implica para ciertos negocios e intereses, sin duda encierra otra de los motivos por los cuales se produjo el golpe de Estado.
Asimismo, manifestamos nuestra honda preocupación por la integridad física de nuestros compañeros y compañeras del Bloque Popular Hondureño y de COPINH ( Consejo cívico de organizaciones popular e indígenas de Honduras), integrantes de Jubileo Sur Américas, quienes en estos momentos están siendo perseguidos por el gobierno ilegítimo, así como de todos los hondureños y hondureñas que han sido detenidos y reprimidos por la defensa de la democracia y el estado de derecho.
El golpe se produjo bajo la fachada de una supuesta transición constitucional ordenada por la Corte Suprema de ese país, ante la convocatoria de una consulta popular, rechazada por la oligarquía hondureña, pero fundada en la autonomía del pueblo a llevar adelante procesos de participación democrática. Lo cierto es que el Presidente constitucional, Manuel Zelaya fue privado de su libertad, secuestrado y sacado del país, atentando contra el orden constitucional y las libertades individuales.
Nos solidarizamos con el pueblo hondureño en su resistencia y apoyamos su movilización en vigilias y huelga general, uniendo nuestra voz a la de todo un continente que exige con unanimidad:
1. El cese inmediata de la represión por parte del ejército contra la población, los movimientos y organizaciones sociales y sus dirigentes, incluyendo el respeto de la integridad física y la liberación de todas las personas detenidas y el levantamiento de las órdenes de captura libradas contra líderes populares;
2. El levantamiento de la censura, el bloqueo de los medios de comunicación alternativos y las demás medidas intimatorias incluyendo los cortes de luz, que tienen como fin mantener desinformado y desmovilizado al pueblo hondureño y a la opinión pública internacional;
3. El reestablecimiento del orden constitucional, sin derramamiento de sangre;
4. El retorno inmediato del Presidente Zelaya a sus funciones en Honduras y el rechazo inequívoco por parte de todos los gobiernos del hemisferio - incluyendo el de EE.UU-, de la Organización de los Estados Americanos, del Grupo Río, del Sistema de Integración Centroamericano y demás espacios intergubernamentales de cualquier interrupción del gobierno legítimamente constituido;
5. El respeto al derecho de la populación hondureña al pleno ejercicio de la democracia a través la consulta popular.
Por último hacemos un llamado a los movimientos sociales de la región y del mundo a manifestar su repudio al golpe de Estado y a movilizarse en solidaridad con el pueblo hondureño.
El golpe atestado contra el gobierno legítimamente constituido del Presidente Manuel Zelaya, se inscribe en una clara lucha que se está librando en la región por desandar el camino de sometimiento y vulnerabilidad plasmado en los tratados de libre comercio con EE.UU. y la Unión Europea (CAFTA-DR y las negociaciones de un Acuerdo de Asociación actualmente en curso), en las concesiones extractivas (minería, forestal, agrocombustibles) y turísticas y en toda clase de endeudamiento relacionada. Desde hace tiempo los movimientos y organizaciones hondureños vienen movilizandose en contra de estas políticas cuyas nefastas consecuencias van en detrimento de los derechos de los pueblos y de la naturaleza, y a favor de la profundización misma del modelo político del país como se ha vivido recientemente en otros paises de la región, como Venezuela, Bolivia y Ecuador, a través de los procesos de refundación constitucional. La pertenencia de Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la “amenaza” que eso implica para ciertos negocios e intereses, sin duda encierra otra de los motivos por los cuales se produjo el golpe de Estado.
Asimismo, manifestamos nuestra honda preocupación por la integridad física de nuestros compañeros y compañeras del Bloque Popular Hondureño y de COPINH ( Consejo cívico de organizaciones popular e indígenas de Honduras), integrantes de Jubileo Sur Américas, quienes en estos momentos están siendo perseguidos por el gobierno ilegítimo, así como de todos los hondureños y hondureñas que han sido detenidos y reprimidos por la defensa de la democracia y el estado de derecho.
El golpe se produjo bajo la fachada de una supuesta transición constitucional ordenada por la Corte Suprema de ese país, ante la convocatoria de una consulta popular, rechazada por la oligarquía hondureña, pero fundada en la autonomía del pueblo a llevar adelante procesos de participación democrática. Lo cierto es que el Presidente constitucional, Manuel Zelaya fue privado de su libertad, secuestrado y sacado del país, atentando contra el orden constitucional y las libertades individuales.
Nos solidarizamos con el pueblo hondureño en su resistencia y apoyamos su movilización en vigilias y huelga general, uniendo nuestra voz a la de todo un continente que exige con unanimidad:
1. El cese inmediata de la represión por parte del ejército contra la población, los movimientos y organizaciones sociales y sus dirigentes, incluyendo el respeto de la integridad física y la liberación de todas las personas detenidas y el levantamiento de las órdenes de captura libradas contra líderes populares;
2. El levantamiento de la censura, el bloqueo de los medios de comunicación alternativos y las demás medidas intimatorias incluyendo los cortes de luz, que tienen como fin mantener desinformado y desmovilizado al pueblo hondureño y a la opinión pública internacional;
3. El reestablecimiento del orden constitucional, sin derramamiento de sangre;
4. El retorno inmediato del Presidente Zelaya a sus funciones en Honduras y el rechazo inequívoco por parte de todos los gobiernos del hemisferio - incluyendo el de EE.UU-, de la Organización de los Estados Americanos, del Grupo Río, del Sistema de Integración Centroamericano y demás espacios intergubernamentales de cualquier interrupción del gobierno legítimamente constituido;
5. El respeto al derecho de la populación hondureña al pleno ejercicio de la democracia a través la consulta popular.
Por último hacemos un llamado a los movimientos sociales de la región y del mundo a manifestar su repudio al golpe de Estado y a movilizarse en solidaridad con el pueblo hondureño.