¡SI a la Soberanía! ¡NO al FMI!

Ante el anuncio de un posible acuerdo entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional para “revisar” las cuentas y economía de nuestro país por parte de una misión técnica de ese organismo, desde Diálogo 2000, organización que hace más de 12 años viene trabajando la problemática de la deuda y proponiendo alternativas de cómo encarar su negociación en beneficio de las mayorías populares y en consonancia con el respeto por los Derechos Humanos, queremos hacer público nuestro punto de vista:

1.- En estos momentos la Humanidad vive una de las peores crisis sistémicas, producto de la conjunción de la crisis climática, alimentaria, energética y financiera, que ponen en riesgo la vida misma del planeta, en la cual tanto el FMI como el Banco Mundial y los supuestos Bancos de Desarrollo han tenido una gran cuota de co-responsabilidad en su generación, por imponer recetas que llevaron a la miseria y la muerte a grandes mayorías y atentaron contra la naturaleza. En este contexto el Gobierno busca la aprobación del Fondo, dejando de lado su responsabilidad y accionar y reconociéndolo nuevamente como un interlocutor válido a pesar del nefasto historial que tiene este organismo.

2- Resulta sumamente contradictorio que el Gobierno busque alcanzar un acuerdo con el FMI para que, según dice, evalúe la marcha de la economía argentina, cuando se supone que en el año 2005 se pagó por adelantado los casi 10.000 millones de dólares reclamados por este organismo para recuperar así la soberanía financiera y terminar con la deuda, como lo expresó el ex presidente Néstor Kirchner al anunciar el pago. Decíamos en ese momento que “cuestionamos el argumento de que nuestro país ganará grados de libertad en el diseño de sus políticas económicas, sobre todo cuando continúan las políticas de endeudamiento en los mercados financieros y con otros organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo […] y se continúe integrando el FMI, se permanecerá sujeto a sus políticas de supervisión y control”. Lamentablemente el tiempo nos dió la razón. Cuatro años después, se esta a punto de cerrar un nuevo acuerdo que permite la revisión de la economía, como lo establece el artículo IV de la Carta orgánica del FMI, algo de lo que el Gobierno argentino se jactaba no volvería a permitir.

3.- Este acuerdo que se pretende alcanzar, reconociendo el rol condicionador del Fondo, es la llave exigida por los gobiernos integrantes del Club de París para aceptar saldar la deuda reclamada por ese organismo de unos 7.000 millones de dólares y la reabrir el canje de deuda. También supone el paso necesario para llegar a un acuerdo con los bonistas privados, los denominados “holdouts”, que reclaman 29.000 millones de dólares, que en su momento no se reconocieron porque no aceptaron el canje de deuda y que hoy se planea hacer lo contrario, proponiéndoles una nueva quita. Esto a pesar que existe una ley nacional que prohíbe su reapertura, votada por el Congreso de la Nación, donde hace más de nueve años duerme la sentencia de la Causa Olmos, que puso en evidencia la estafa y el fraude de los procesos de endeudamiento, y que la mayoría de los senadores y diputados no se deciden a asumir la determinación política de darle tratamiento como lo determina nuestra Constitución Nacional y lo dictaminó en su momento la Justicia argentina.

4.- Como hemos venido sosteniendo, denunciamos la ilegalidad e ilegitimidad de la deuda reclamada por las Instituciones Financieras Internacionales, los gobiernos integrantes del Club de París y los tenedores de bonos privados, alentados por los fondos buitres y la banca internacional, verdaderos responsables de la asfixiante deuda eterna, que sigue teniendo un peso decisivo sobre nuestro desarrollo, violando derechos fundamentales tanto del pueblo argentino como de la naturaleza. Para el Gobierno, la deuda es hoy de unos 136.000 millones de dólares, sin contar lo que quedó fuera del canje ni el impacto de la verdadera inflación sobre los intereses acumulados. Para diversos analistas privados la deuda argentina estaría rondando los 200.000 millones de dólares. Una cifra superior a la deuda antes del blindaje financiero, el mega-canje, el canje de deuda y el pago al FMI, lo que pone en evidencia el perverso sistema de endeudamiento y el fracaso de las acciones y planes llevados adelante por los respectivos gobiernos para encarar la situación de la deuda.

5.- Frente a esta realidad de la deuda argentina, que para el año 2010 tiene partidas en el Presupuesto Nacional por 13.200 millones de dólares para su pago, resulta evidente que cuanto más pagamos, más debemos. Por ello exhortamos, en vísperas del Bicentenario, tanto al Poder Ejecutivo Nacional como al Congreso de la Nación, a poner en marcha mecanismos que permitan encarar la problemática de la deuda en beneficio de los intereses del pueblo argentino. Y reconozcan su carácter de acreedor de una deuda que, a pesar de su ilegitimidad, ya fue pagada varias veces y con creces, y asimismo también se reconozca la gran deuda interna -histórica, social y ecológica- originada por el pago de la deuda externa y la aplicación de las políticas neoliberales, que debe ser saldada.

6.- Antes de realizar cualquier pago a los prestamistas, exigimos saber que es lo que se quiere saldar, cuánto se pidió y para qué, cuánto verdaderamente entró al país, en qué se utilizó, cuánto ya se pagó, cuánto realmente debemos y quienes se beneficiaron con esos créditos. Reclamamos la realización de una auditoría integral y participativa que sea el sustento para el no-pago y para llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes de la deuda, que deben ser juzgados y condenados para terminar con la impunidad de quienes se beneficiaron y cumplieron el rol de gerentes del capital concentrado en nuestro país.

7.- Convocamos a las organizaciones y movimientos del campo popular frente a un nuevo acuerdo con el FMI y al pago de la deuda ilegítima al Club de París a estar alertas, fomentar el debate y la movilización para exigir al Gobierno medidas que se planteen como alternativas de justicia y financiamiento soberano, dentro del marco de los procesos de integración de los pueblos vigentes en la región, para construir una Patria grande latinoamericana sin deudas ni dominaciones.

¡NO debemos, NO pagamos! ¡Si a la vida, No a la deuda!
Diálogo 2000
Buenos Aires, 8 de octubre de 2009