Buitres de allá, buitres de aquí : la deuda de nunca acabar
Text in English available here: Vultures here, vultures there¨the never-ending Debt
La deuda – por más que sea un asunto verdaderamente tabú – siempre da qué hablar en la Argentina. Su crecimiento durante la dictadura, el reconocimiento de su ilegitimidad y su condicionamiento al retorno democrático; su papel en las privatizaciones, el férreo ajuste y la desnacionalización de la economía que desembocaron en el colapso de 2001; la suspensión parcial de pagos que permitió iniciar un camino de recuperación económica – facetas todas de la dominación ejercida a través de la deuda durante apenas las últimas tres décadas, con su costo humano, socioeconómico, ambiental y político tan dramático.
La deuda – por más que sea un asunto verdaderamente tabú – siempre da qué hablar en la Argentina. Su crecimiento durante la dictadura, el reconocimiento de su ilegitimidad y su condicionamiento al retorno democrático; su papel en las privatizaciones, el férreo ajuste y la desnacionalización de la economía que desembocaron en el colapso de 2001; la suspensión parcial de pagos que permitió iniciar un camino de recuperación económica – facetas todas de la dominación ejercida a través de la deuda durante apenas las últimas tres décadas, con su costo humano, socioeconómico, ambiental y político tan dramático.
Desde 2005 en adelante, no obstante, el oficialismo
argentino, ayudado hay que decirlo por la élite económica, sus medios de
desinformación masiva y gran parte del arco opositor, no ha escatimado esfuerzos
para convencer a la población que el problema de la deuda se había acabado. O
sea, luego del mega-canje de bonos ese año y el pago al contado al FMI – tamaña
recompensa por las políticas exigidas que por otra parte se denunciaba como
genocidas – el gobierno ha venido haciendo gala de lo que daba en llamar su política
de “desendeudamiento”. Exhibía cada vez más gráficos pretendiendo mostrar que la deuda externa ya no tenía casi
peso en la economía y que, luego sobre todo del segundo canje operado en el
2010, solo quedaba un pequeño remanente de holdouts:
tenedores de bonos que entraron en default a fines de 2001 y que exigían cobrar
lo que el gobierno repetía como mantra identitaria, jamás pagaría. Poco se
decía del colosal aumento de la deuda interna intraestatal, el drenaje de las
reservas o el crecimiento del endeudamiento de las provincias y municipios.
Pero en octubre de 2012, la deuda volvió a los primeros
planos con el secuestro judicial en un lejano puerto africano, de una fragata
de la Armada argentina paradójicamente llamado “Libertad”. Por cierto, el acento estaba mayormente puesto
en la manifiesta injusticia de las exigencias de los llamados “fondos buitre”
que buscaban cobrar, por vía judicial, varias veces lo que habían pagado por
los bonos defolteados en su posesión. O bien, se enfocaba la arbitrariedad de
los laudos de los tribunales neoyorquinos, que no solo dictaminaron como justo,
el pago al contado de todo lo demandado por los fondos buitre, sino además su
pago en términos que amenazaban con un default “técnico”, hasta los bonos que
el gobierno pagaba – y paga – religiosamente como resultado de los canjes 2005
y 2010.
El ataque de los fondos buitre especulativos puso nuevamente
en evidencia la asimetría de poder con la cual funcionan las finanzas y el
comercio mundial capitalista, incluyendo el sistemático desarmado del marco
jurídico de la soberanía nacional que se ha operado desde mediados de los años
´70, siempre a favor de la “libertad” y los “derechos” del capital y las
megaempresas que lo concentra (Curiosa perversidad del derecho internacional es
la inmunidad soberana indiscutible cuando de buques de guerra se trata, pero no
si son meros recursos que necesitan un Estado para dar de comer a su población…).
Pero también dejaba filtrar una realidad muy distinta a la historia oficial
argentina: una deuda que seguía existiendo, creciendo y condicionando, la libertad,
el bolsillo, los derechos y la soberanía del pueblo.
Ahora, comenzamos el año 2014 con la inflación superando
oficialmente un 40% anual, el inicio de clases a punto de frustrarse por la
negativa a acordar un piso mínimo de aumento docente, una megadevaluación recién
consumada mandando a 500.000 personas directamente por debajo de la línea de
pobreza, las reservas carcomidas y las arcas públicas repletas de papelitos
incobrables del Tesoro Nacional. El
presupuesto nacional aprobado hace 5 meses y aún más desfasado de la realidad
ahora que entonces, proyectaba para 2014 un incremento de deuda en USD 12.700
millones y un 73% más para el pago de intereses que durante 2013 – cifras que
sin duda quedará cortas a la realidad y que ya significaban una erogación que
superaba el monto designado para la educación y la salud juntas. Y en
noviembre, Argentina entraba nuevamente en los anales de la historia nombrando
un “Ministro para la restructuración de la deuda”. Aunque no hay transparencia en las cifras
oficiales disponibles, sin duda será cada vez más difícil mantener tapada la
crítica situación de una deuda que vuelve a estallar en manos de quienes lejos
de haber logrado su resolución, solo acertaron en patearla un poquito por
adelante.
De hecho, el gobierno ya no habla de “desendeudamiento” sino
de cómo volver a endeudarse en los mercados internacionales. Por eso ha abierto negociaciones por todos
lados – el Club de París, el CIADI, el FMI, el Banco Mundial, los fondos buitre
– y hasta se ha avenido a allanar el camino hacia la negociación de un Tratado
de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur (una suerte de ALCA
transatlántica). Todo en carrera para ver a quién le paga más, y primero –
aunque docentes, jubilados, personal de salud y niños con hambre, mejor abstengan
de presentarse…
Es en ese contexto que Diálogo
2000 viene desarrollando su acción en los últimos años. Buscamos ampliar la
denuncia del costo humano tan alto de un modelo llamado de “desarrollo” que
encuentra en el sistema de endeudamiento, un mecanismo casi perfecto de
extracción de riqueza y empobrecimiento permanente, de ocupación y saqueo
territorial, de sometimiento de la soberanía y la autodeterminación. Asimismo, impulsamos siempre la articulación
de esfuerzos entre diversos sectores y movimientos, dentro del país y afuera, a
fin de construir alternativas que asegurarían la plena vigencia de nuestros
derechos como personas, como pueblos, como naciones y como naturaleza.
Hoy cobra renovada urgencia en ese camino, la exigencia de
una Auditoría integral y participativa
de la deuda con la suspensión de todo pago hasta no quedarse establecido la
legitimidad de lo reclamado. Por un lado, porque la ilegitimidad e incluso
la ilegalidad de gran parte de esos reclamos de deuda tienen ya años de haberse
probada, entre otras vías por medio de las investigaciones y peritajes que
nutrieron el famoso “Causa Olmos”, con Fallo judicial invocando cerca de 400 ilicitudes
comprobadas y esperando ejecución desde el año 2000. Y por otro lado, por el
tremendo costo que conlleva, tanto en cuanto a la extracción lisa y llana de la
riqueza que produce y necesita el pueblo argentino, como por el mantenimiento y
profundización de una matriz productiva organizada para servir a la deuda y no a
la población.
Por más que digan lo contrario, no hay derecho en el mundo
que pueda obligar a un Estado soberano a pagar una deuda ilegítimamente
reclamada, a costa además de la salud, la educación, el trabajo y ¡todavía más
endeudamiento!, del pueblo cuya obligación le es cuidar. Así lo ratificó el
Experto Independiente de NN.UU. sobre Deuda y Derechos Humanos, el Dr. Cephas Lumina,
al finalizar la Misión que realizó a Argentina en noviembre 2013 y en la cual
colaboraba Diálogo 2000 en el
contacto con diversas organizaciones sociales[i].
Nos toca ahora avanzar en esa Auditoría – aún sin el
beneplácito del Congreso, responsable constitucional del “arreglo” de la deuda
– enfocando en especial los reclamos que presionan por cobrar, los países
integrantes del Club de París. El
gobierno cuenta con un Decreto presidencial autorizando el pago (aún sin
especificar su monto o las condiciones) y en enero realizó una nueva propuesta con
vistas al saldar este pendiente. Tenemos que denunciar y movilizarnos frente a lo
que es poco menos que un nuevo robo a mano armada: deudas que remontan 30 años a
la dictadura - en algunos casos por proyectos nunca concretados -, nuevo
endeudamiento para pagar los reclamos ilegítimos y sostener las privatizaciones
impuestas para poder pagar la deuda, intereses usureros y multas por no haber
podido soportar el estrangulamiento. Encima, reconocer que el gobierno ahora se
plantea pagar lo que sea al Club de paises prestamistas de París, con el solo
fin de volver a iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento y entrega que nada
tendrá que ver con las necesidades del pueblo ni los derechos de la naturaleza.
¡Basta ya!
Auditar la deuda es poner en evidencia el manejo de los
prestamistas y la entrega de los prestatarios, los intereses que cada uno
persigue y las deudas sociales, ecológicas, políticas y económicas que sus
acuerdos ilegítimos generan para con los derechos de la población. Permitiría
comprobar cómo los buitres de afuera, siempre vuelan junto a los buitres de
adentro. Y que ambos se alimentan, entre
otros favores que se les hacen, de la renuncia permanente de soberanía invocada
en los contratos y tratados pertinentes.
Por eso, otra de las demandas que desde Diálogo 2000 seguiremos impulsando este año, es la anulación de todos los contratos de
deuda y emisión de bonos, y tratados como los de protección a las inversiones,
de libre comercio y de reconocimiento al CIADI, que ceden jurisdicción de
manera inconstitucional e anti soberana, a tribunales e incluso foros
extranjeros extra-judiciales. Los fondos buitre de allá, “los malos de la
película”, tendrían mucho menos posibilidad de presionar con sus exigencias
abusivas si el Estado argentino no continuara reconociéndoles el supuesto
“derecho” a desconocer su soberanía y su obligación a ejercer la
autodeterminación a favor de los derechos del pueblo argentino y no de los
intereses de potenciales inversores extranjeros. En ese mismo sentido, y con los mismos
argumentos que años pasado nos unieran para derrotar el proyecto del ALCA,
también uniremos esfuerzos con otras organizaciones y movimientos del país y la
región para evitar que se firme un
Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.
El año 2014 ya pinta movido, no sólo en una Argentina que
transita por un momento de fuertes presiones económicas, financieras y
políticas, el agotamiento de las propias propuestas del gobierno y grandes
desafíos para la consolidación de un proyecto alternativo, sino también en toda
la región. El gran capital y los poderes
que lo protegen, están al acecho de nuestra riqueza, bienes naturales, vidas y
futuros, y el sistema perverso de las deudas que nunca acaban, continúa siendo
una poderosa herramienta de su avanzada y dominación en toda la región. Desde Diálogo
2000 y junto al resto de la red de Jubileo
Sur/Américas entonces, no nos cabe opción a seguir propiciando la denuncia,
la movilización, la organización y sobre
todo la articulación de esfuerzos para poner fin a la sangría y apuntalar
alternativas que van naciendo y consolidándose, a partir de las esperanzas, las
luchas y la integración de los pueblos.
-Beverly Keene
Diálogo 2000 - Jubileo Sur Argentina
Buenos Aires, 20/02/14
[i]Ver al respecto,
“Prinicipios rectores sobre la deuda y los derechos humanos”, Naciones Unidas, A/HRC/20/23, del 10 de abril de
2012, y la Declaración del Experto Independiente de NN.UU.
sobre Deuda y Derechos Humanos, el Dr. Cephas Lumina, al finalizar su misión a
la Argentina en noviembre 2013: http://acnudh.org/wp-content/uploads/2013/11/End-of-mission-Statement-SPA.doc